lunes, 23 de noviembre de 2009

Convivencia de obispos de toda América con iniciadores del camino en la Dommus

Tomado de Zenit, 22 de noviembre del 2009

Más de 150 arzobispos y obispos procedentes de América Latina
se reunieron la semana pasada en el centro internacional Domus Galilaeae,
que gestiona el Camino Neocatecumenal, para un Congreso sobre la nueva
evangelización en sus respectivos países.
El encuentro con el equipo responsable del Camino Neocatecumenal, formado
por Kiko Argüello, Carmen Hernández y el padre Mario Pezzi, trató sobre la
situación de la Iglesia y del mundo, y en él los obispos compartieron sus
propias experiencias pastorales.
Se trata del primer encuentro de este tipo celebrado con obispos de América
Latina, aunque no el primero que se celebra en la Domus Galilaeae. En la
primavera de 2008, se realizó uno similar con 170 obispos de Europa; en 2007
esta misma reunión se celebró con obispos de África, y en 2006, con obispos
de Asia y Oceanía.
Participaron entre otros, los cardenales Pedro Rubiano Saenz, arzobispo de
Bogotá, y Nicolás de Jesús López Rodríguez, arzobispo de Santo Domingo.
Estuvieron presentes numerosos obispos de las diócesis de Colombia, Brasil y
Venezuela; para poder participar en esta cita, la Conferencia Episcopal de
Bolivia cambió la fecha de su propia reunión.
Los prelados se encontraron también con las autoridades civiles y con los
pastores de las Iglesias locales, entre ellos el arzobispo Elias Chacour de
Akka de los greco-melquitas católicos, el vicario general del Patriarcado
Latino, monseñor Giacinto Boulos Marcuzzo, el Custodio de Tierra Santa,
padre Pierbattista Pizzaballa y el Nuncio Apostólico, monseñor Antonio
Franco.
Para el cardenal López Rodríguez, este encuentro “ha sido para nosotros muy
interesante, porque el Camino Neocatecumenal sigue creciendo en toda América
Latina, en algunos países más. Es importante que todos los obispos puedan
conocer esta experiencia”.
“En este congreso hemos compartido nuestras dificultades pastorales, y esto
ha sido muy importante… Santo Domingo fue la primera tierra americana que
recibió el anuncio del Evangelio. Nos preparamos para el año 2011, en el que
celebraremos el aniversario de los 500 años de la fundación de la primera
diócesis de América por parte del Papa Julio II”.
Juan Pablo II, afirmó el purpurado, “habló muchas veces de nueva
evangelización, la primera vez fue con ocasión de la Asamblea general del
CELAM (Haití, 1984). El Papa habló entonces de cuán necesario comenzar a
evangelizar de nuevo, porque en aquella primera evangelización se habían
implantado en el continente las raíces cristianas, pero era necesario
presentar nuevamente la realidad del Evangelio a las nuevas generaciones”.
“Por esto hoy debemos predicar con mucho ardor... debemos afrontar con
nuevas expresiones los desafíos que nos presenta la realidad actual del
continente americano”, añadió.
Retos y dificultades
En el centro del encuentro estuvieron algunos fenómenos preocupantes, como
la difusión de las sectas y de utopías engañosas, fundadas sobre
antropologías que niegan el alma y el pecado original, además de la vuelta
al indigenismo.
De estos fenómenos y de las propias palabras de los prelados, surgió
claramente – también en un continente joven como el americano – la urgencia
de la nueva evangelización, de una pastoral misionera que ponga en un
movimiento dinámico y virtuoso a toda la Iglesia.
Como muchos de los obispos presentes han certificado, el desafío de la nueva
evangelización ha sido recogido concretamente por el Camino Neocatecumenal,
que se ofrece como iniciación cristiana e itinerario de formación católica
para nuestros tiempos.
Frente a la situación general de la Iglesia y del mundo, en la que se
constata por todas partes una crisis de las vocaciones, la preocupante
disminución de la frecuencia de los sacramentos, y el ataque a la familia y
al matrimonio, muchos prelados han experimentado personalmente, en sus
propias diócesis, los frutos del Camino Neocatecumenal, una iniciación
cristiana vivida en pequeñas comunidades, que constituyen un ambiente apto
para la maduración de una fe que sepa responder a los desafíos actuales.
Para monseñor Víctor Manuel López Forero, arzobispo emérito de Bucaramanga
(Santander, Colombia), la nueva evangelización “debe ser la característica
fundamental de nuestra misión pastoral”, con “nuevo ardor, con nueva
inspiración mística, y buscando un nuevo rostro para la Iglesia, tal y como
nos lo enseñó el apóstol Juan Pablo II”.
“Hemos participado en este congreso para tomar mayor conciencia de esta
nuestra responsabilidad de pastores”, añadió.
Monseñor López Forero explica que en su diócesis hay ocho grandes
comunidades del Camino Neocatecumenal, y que actualmente existe un proyecto
de renovación y evangelización, que coincide con el Camino en varios
aspectos.
“Ante todo, que la Iglesia es misterio de comunión con Dios, de comunión con
los hombres y con la naturaleza. Esta debe nutrirse constantemente de la
Palabra de Dios y de la vida sacramental. Por tanto la espiritualidad que
debemos tener en esta nueva evangelización es una espiritualidad de
comunión: la comunión en la Iglesia es algo fundamental, y es precisamente
esto lo que los Papas de los últimos tiempos, a partir del Concilio Vaticano
II, nos han pedido”.
“Creo que el Camino Neocatecumenal tiene muy clara esta línea. Sabemos que
tenemos que trabajar con métodos diversos, pero para una sola causa, la de
construir la Iglesia que Dios quiere, con una evangelización decidida”,
subrayó el prelado.
Nuevo ardor
Para monseñor José Luis Escobar Alas, arzobispo de San Salvador, “es
evidente que nuestra sociedad en general está perdiendo la fe y se convierte
progresivamente en más atea, un poco como Europa: el mismo proceso está
llegando, gradualmente, también a América Latina. Las vocaciones disminuyen
y la familia es atacada en sus principio y valores. Está también el flagelo
de las sectas protestantes, que son un auténtico cúmulo de herejías, un
sistema que amenaza con destruir la fe católica”
Según el prelado, es “extremadamente necesaria una respuesta, y esta debe
ser la evangelización, la misión, como dijo el documento de Aparecida”.
“Esta reunión ha querido animarnos en la fe, para poder tomar la mejor
decisión, para que podamos anunciar a Cristo, como la verdadera opción en un
mundo cada vez más materialista, carente de fe”. Este encuentro con los
iniciadores del Camino, afirmó, “ha sido de gran ayuda, una gran riqueza, y
para mí, una gracia especial”.
Para monseñor Angelo Pignoli, obispo de Quixadá (Brasil), los grandes
desafíos de su diócesis “afectan a la familia y a la juventud, peor también
a la formación del pueblo; diría, en un cierto sentido, la evangelización
más profunda, para llegar a las conciencias de las personas y tener un
cristianismo más auténtico y eficaz”.
Monseñor Pignoli, que antes de ser obispo hizo todo el Camino Neocatecumenal
en su país, en el Estado de Sao Paolo, afirmó que “este itinerario es una
experiencia única y verdaderamente necesaria, hoy, en la Iglesia”.
“Creo que esta iniciación cristiana es útil también para tener sacerdotes
que sientan en su vida la presencia del Señor, para poder llevarlo a los
demás. Mi preocupación actual, en mi diócesis, es precisamente cómo formar
presbíteros con esta experiencia más concreta del Señor, porque de lo
contrario se trata sólo de palabras que decimos, y no de la vida”.
“La vida, en cambio, es entregarse totalmente, como hizo la Virgen, en las
manos del Señor. Esta precisa experiencia de la familia de Nazaret es
necesaria en Brasil, y en todo el mundo. Nuestra iglesia ha visto una fuerte
disminución en la frecuencia de los sacramentos, pero ahora tenemos pequeños
grupos que viven concretamente la fe”.
Ante las acusaciones de que las comunidades neocatecumenales viven “al
margen” de la parroquia, monseñor Pignoli observa que “absolutamente no, al
contrario. He sido párroco en una diócesis con 300 comunidades; he visto
personalmente que en el Camino Neocatecumenal las personas se ponen al
servicio de la parroquia con su vida, con su testimonio”.
“Ciertamente, esto depende también de la capacidad del párroco de crear la
comunión entre los grupos y de hacerles trabajar juntos”, subrayo.
Familia
Para monseñor Hugo Barrantes, arzobispo de San José y presidente de la
Conferencia Episcopal de Costa Rica, en este país caribeño “constatamos la
anti-cultura de la muerte: la gente no quiere tener hijos, quiere el
matrimonio homosexual, la familia es hostigada”.
“Los obispos de Costa Rica (somos ocho) estamos trabajando muchísimo para
defender la familia. En este mes de noviembre haremos una marcha por las
calles de San José con este fin; prevemos ña participación de unas 200.000
personas. Queremos decir a los gobernantes que estamos con la familia, que
no queremos la muerte, que queremos que nazcan niños, queremos el futuro de
la patria. Este es el desafío más importante para nosotros hoy”.
Para monseñor Barrantes, que afirmó conocer el Camino desde hace 30 años y
haberlo hecho, este itinerario “una respuesta para nuestro tiempo, sin duda”
.
Respecto a los desafíos planteados por las sectas, monseñor Barrantes
aseguró que en su país “hay sectas, pero sobre todo la gente deja la
religión y no se adhiere a nada. Esta indiferencia, creo yo, es un fenómeno
aún más peligroso. Por esto queremos evangelizar, queremos poner a la
diócesis en un permanente estado de misión”.

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